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Los presidentes francés, Jacques Chirac, y estadounidense, George W. Bush, mostraron ayer un frente unido en la lucha contra el terrorismo y minimizaron las protestas contra el titular de la Casa Blanca en su primera visita oficial a Francia. En rueda de prensa conjunta en el Elíseo, Chirac afirmó que en la lucha contra el terrorismo los dos tienen «la misma concepción» y «determinación a hacer todo para erradicar el terrorismo».

«Somos plenamente conscientes» de que el terrorismo sigue existiendo y «en todo momento puede golpear en cualquier parte», y que ello exige de «todos» una «gran atención y determinación para erradicarlo», recalcó el recién reelegido presidente francés. Bush, cuya visita a Francia es la tercera etapa de su gira europea, después de Alemania y Rusia, destacó que habló con Chirac de cómo librar mejor «la guerra contra el terror», no sólo en términos militares, sino también «cortando los fondos a los terroristas y denegándoles santuarios».

Los dos líderes también abordaron las relaciones entre EE UU y Rusia y el tratado de desarme firmado el viernes por Bush y su colega ruso, Vladimir Putin; y la cooperación entre la OTAN y Moscú, de cara a la cumbre del martes en Roma. Evocaron las relaciones entre la Unión Europea y EE UU, «políticamente muy buenas, esenciales para el equilibrio del mundo» y «económicamente fundamentales», dijo Chirac.

Este restó importancia a los contenciosos comerciales transatlánticos a raíz de las medidas de Washington sobre el acero y las subvenciones agrícolas, dos problemas que requieren «verdaderas respuestas» tras «consultas», pero que representan «sólo» un cinco por ciento de los intercambios comerciales entre la UE y EE UU.

Aludió también a otros temas de divergencias, como la negativa de Bush a ratificar el protocolo de Kioto contra el recalentamiento de la tierra; y habló de la necesidad de «globalizar la solidaridad» mundial y de hacer más por el mundo en desarrollo.