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SAMIZ KNAYAZ-ARGEL La mayoría de los argelinos acogieron con escaso interés los resultados de las elecciones legislativas del jueves y parecían más interesados en lo que sucede en la Copa del Mundo de fútbol que comenzó ayer en Seúl. Los comicios, marcados por el boicot de grupos integristas y la violencia de la Cabilia y con la tasa más baja de participación electoral en la historia del país -del 46'09 por ciento-, han consagrado como primera fuerza política del país al Frente de Liberación Nacional (FLN).

El FLN, que dirige el actual primer ministro argelino, Alí Benflis, ha confirmado las previsiones de los últimos días al obtener la mayoría absoluta con un total de 199 escaños sobre los 389 de la futura cámara legislativa. La sorpresa la ha dado el sensible avance del partido islamista de Abdallah Yaballah, el Movimiento para la Reforma Nacional (MRN), que ha sido la tercera opción más votada, con un total de 43 asientos. El dirigente integrista calificó el escrutinio de fraudulento e indicó que su partido recurrirá los resultados dados a conocer por el Ministerio del Interior ante el Consejo Constitucional, pues no reflejan «la verdadera expresión de la voluntad popular». Yaballah añadió que la participación de su partido en próximas elecciones dependerá de la respuesta que obtenga su recurso.

A pesar de todo, el retorno a la primera línea política del FLN, el descalabro electoral del Reagrupamiento Nacional Democrático (RCD) -que sólo ha obtenido 48 escaños- y el avance del MNR no parecen interesar demasiado a los argelinos. En Argel, por ejemplo, en el momento en que el ministro del Interior, Yazid Yerhuni, hacía públicos los resultados electorales, las calles estaban prácticamente vacías y las actividades que animan la vida cotidiana en la capital, reducidas a su mínima expresión. «La gente está más preocupada en permanecer delante de sus televisores para seguir el partido inaugural de la Copa del Mundo entre Francia y Senegal», comentaba un joven argelino, que añadía que, entre la política y el fútbol, sus compatriotas han mostrado rápidamente cuáles son sus preferencias. En revancha, en Tizi-Uzu y en Beyaia, las dos principales provincias de la Cabilia, la tensión ha vuelto a aumentar después de una calma precaria.

La región bereber argelina boicoteó las elecciones al estimar que estas sólo pretendían confirmar en el poder a un régimen «corrupto y dictatorial». La tasa de participación oficial ha sido del 1'84 por ciento en Tizi-Uzu y del 2'62 por ciento en Beyaia, donde la jornada de voto se caracterizó por continuos enfrentamientos entre jóvenes amotinados y las fuerzas del orden. El ministro del Interior anunció ayer que un adolescente murió y que más de 100 agentes de policía resultaron heridos en las violentas refriegas.