El presidente de EE UU, George W. Bush, se reunió ayer con
responsables del recientemente creado Grupo Especial contra el
Fraude Empresarial, en un intento de recuperar la confianza de los
inversores y la iniciativa en el terreno político.
Bush firmó el pasado martes una orden para la creación de este
organismo, que investigará y perseguirá los escándalos financieros
que han afectado en las últimas semanas a grandes compañías
estadounidenses, como el gigante de las telecomunicaciones
WorldCom.
El objetivo del Grupo es «obtener información para perseguir,
detener y encarcelar a ejecutivos corruptos que se involucren en
casos de fraude y corrupción», según explicó en una conferencia de
prensa previa el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer. «Es una
parte muy importante para recuperar la confianza en la economía y
dar al pueblo estadounidense confianza en que este Gobierno tomará
cualquier acción necesaria contra la gente que manipula los libros
de contabilidad», añadió.
El presidente encargó que la primera reunión del Grupo Especial
se celebre antes del 19 de julio, por lo que no estaba prevista
hasta la semana próxima, pero la Casa Blanca decidió convocarla
ayer e incluir una breve entrevista de sus integrantes con Bush. El
Grupo está presidido por el fiscal general adjunto, Larry Thompson,
y el jefe de la Comisión del Mercado de Valores (SEC), Harvey Pitt,
cuya actuación sobre los escándalos también es puesta en duda por
su supuesta estrecha relación con el mundo de los grandes
negocios.
El encuentro, en el que estuvieron presentes además el fiscal
general, John Ashcroft, y el director del FBI, Robert Mueller, fue
recogido por las cámaras de televisión y los fotógrafos, pero la
Casa Blanca no permitió la presencia de reporteros.
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