Diez israelíes y dos palestinos murieron ayer en varios atentados
en Galilea, Jerusalén y Cisjordania que han dejado casi 80 heridos,
en acciones que se han atribuido las Brigadas de Al Aqsa, brazo
armado del Movimiento Al-Fatah, y el Movimiento de la Resistencia
Islámica (Hamas).
A pesar de esta ofensiva de las organizaciones armadas
palestinas, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y los
titulares de Asuntos Exteriores, Simón Peres, y de Defensa,
Benjamín Ben Eliezer, resolvieron ayer «establecer una clara
distinción entre la población palestina y los terroristas», según
fuentes oficiales.
Por ello se permitirá la entrada para trabajar en Israel a
12.000 obreros palestinos y también a 2.000 comerciantes a fin de
aliviar la crisis económica en Cisjordania y Gaza. Peres afirmó
ayer que las organizaciones terroristas que actúan desde
Cisjordania y Gaza ponen en peligro el reconocimiento internacional
de los palestinos y su futuro como pueblo.
«El problema es que en los territorios palestinos hay hoy 12
organizaciones terroristas que no aceptan la autoridad de nadie y
que destruyen el futuro del pueblo palestino», afirmó el ministro
israelí de Exteriores.
El más grave de los ataques perpetrados hoy fue un atentado
palestino contra un autobús de línea que iba de Haifa a Safed, en
Galilea, que costó la vida a nueve pasajeros, mientras que otros 51
resultaron heridos.
El Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas) se atribuyó
este atentado y su portavoz, Abdel Aziz Rantisi, responsabilizó de
la ola de violencia a las «agresiones que ordena contra el pueblo
palestino Ariel Sharon», en unas declaraciones al canal de
televisión qatarí por satélite «Al Yazira».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.