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JOAQUÍN RÀBAGO-DAVOS
El presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo ayer a los poderosos del mundo reunidos en el Foro Económico Mundial de Davos que «el hambre no puede esperar», por lo que reclamó un «nuevo orden económico» para combatir la pobreza y abogó por la creación de un fondo económico mundial. «Necesitamos urgentemente unirnos en torno a un pacto mundial por la paz y contra el hambre», dijo el presidente brasileño, quien prometió que su país formaría parte del mismo a la vez que invitó a todos «los que se encuentran en esta montaña mágica de Davos a mirar el mundo con otros ojos».

El fondo internacional propuesto por Lula para combatir la miseria y el hambre en todo el mundo estaría constituido, dijo, por los países del G-7 (los siete países más industrializados) y estimulado por los grandes inversores internacionales». «La construcción de un nuevo orden económico internacional más justo y democrático no sólo es un acto de generosidad, sino también y principalmente una actitud de inteligencia política», razonó.

Lula recordó que venía de una zona del Brasil donde «se tiene suerte si se logra sobrevivir un año» para explicar que ningún desafío puede ya amedrentarle, ni siquiera el de negociar con las instituciones financieras internacionales para defender los intereses de su país.

En su esperada intervención en el Foro de Davos, Lula, que fue presentado por su director, el ex presidente de Costa Rica José María Figueres, como el estadista votado por más personas en todas la historia de la democracia, abogó por «una nueva agenda de desarrollo global compartido».