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EFE-KUWAIT CITY
Soldados estadounidenses y británicos continuaron ayer cruzando la frontera entre Kuwait e Irak para avanzar hacia Bagdad, pero en el camino se han dejado ya catorce bajas. En el tercer día de la «Operación Libertad Iraquí», las fuerzas armadas de Estados Unidos y el Reino Unido, apoyadas en el oeste iraquí por unidades del ejército australiano, realizaron importantes avances desde la frontera con Kuwait, donde todavía permanecen estacionados miles de soldados de esos países. Pero el tercer día de la guerra contra Irak también se ha cobrado sus víctimas, de las que dos han sido en combate, pues los otros doce (8 británicos y cuatro estadounidenses) murieron en un accidente aéreo.

Un helicóptero de transporte CH-46 Sea Knight se estrelló en territorio kuwaití, cuando los militares se dirigían hacia Basora, y según las fuentes, el siniestro -todavía bajo investigación- habría sido un accidente ya que en ese momento no se registraba fuego enemigo. Al igual que informó el Pentágono desde el primer momento, Geoff Hoon, ministro de Defensa del Reino Unido, explicó ante la Cámara de los Comunes que la caída del aparato fue un accidente que se produjo durante una operación militar para tomar la península de Al-Fao, en el sur de Irak. Hoon dijo también que durante esta operación hubo cuatro bajas iraquíes.

Hoon informó al Parlamento de que la principal ofensiva aliada en la frontera entre Kuwait e Irak está encontrando una«fuerte resistencia» en el puerto de Um Qasr, en el sur de Irak, pero insistió en que la invasión va «extraordinariamente bien». Por lo que se refiere a la intervención británica en la guerra, el ministro declaró que cincuenta de los misiles «Tomahawk» lanzados contra Bagdad durante la noche del jueves al viernes salieron desde submarinos de la «Royal Navy» y acertaron en sus objetivos.

«Un numero importante» de aviones de la RAF, entre ellos los «tornado GR4» con misiles del tipo «Paveway», han participado en misiones de combate aliadas durante las últimas 24 horas, añadió Geoff Hoon. Kuwait fue de nuevo objetivo del régimen de Husein, pues sus fuerzas armadas lanzaron al menos un misil que fue interceptado por el ejército kuwaití, que repelió el ataque con el lanzamiento de un misil Patriot.