El banco central norteamericano cumplió así con las previsiones
de los analistas, que pronosticaban que no modificaría el precio
del dinero tras las últimas señales de recuperación mostradas por
la economía estadounidense.
Con el mantenimiento de tipos, el organismo presidido por Alan
Greenspan, que ha acometido trece descensos de tipos desde enero de
2001, deja en el 1 por ciento la tasa de interés diaria que emplean
los bancos para sus financiaciones a corto plazo. La Fed, que
adoptó esta medida por unanimidad de sus doce miembros, señaló en
el comunicado posterior a la reunión que está en disposición de
mantener durante un «periodo considerable» esta política de
estabilidad monetaria, debido a las circunstancias actuales en las
que se mueve la economía estadounidense.
En este sentido, el instituto emisor se mostró más optimista
sobre los riesgos deflacionistas al otro lado del Atlántico y
afirmó que existen menos riesgos de deflación, aunque puntualizó
que aún hay «la probabilidad, aunque menor», de bajada sustancial
de precios. «El alza de los precios de consumo permanecen
moderados», comentó.
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