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El Gobierno británico afrontó ayer nuevos problemas por la crisis iraquí después de que el ex ministro Robin Cook revelara que el primer ministro, Tony Blair, sabía que Sadam Husein no tenía armas de destrucción masiva para ser utilizadas. Según Cook, quien fue titular de Asuntos Exteriores entre 1997 y 2001, Blair admitió en privado, dos semanas antes de empezar el conflicto el pasado 20 de marzo, que el depuesto líder iraquí no contaba con arsenal altamente peligroso.

Según el texto de Cook, el presidente del comité de Inteligencia del Parlamento, John Scarlett, también admitió que el depuesto presidente iraquí no tenía el arsenal. Las revelaciones cuestionan el argumento presentado por el Gobierno de que Irak suponía un «peligro real y presente» para el Reino Unido y, por ello, quería ir a la guerra, indicó el rotativo.

La admisión del ex ministro está contenida en el libro «Puntos de Partida», cuyos extractos empezó a publicar ayer el dominical «The Sunday Times». Sin embargo, un portavoz del despacho oficial del jefe de Gobierno del número 10 de Downing Street restó ayer importancia a la información y la calificó de «absurda». Las opiniones del ex ministro «son bien conocidas», añadió la fuente.

Cook, quien dimitió como líder del grupo laborista en el Parlamento antes de la guerra por su desacuerdo con el caso iraquí, dijo que Blair ignoró la opinión de «un alto número de ministros que hablaron en contra del conflicto». En sus extractos, el ex ministro utilizó la palabra «motín» para referirse al alto grado de descontento que había entre algunos miembros del gabinete por los argumentos de Blair para justificar la guerra.