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Las autoridades de Estados Unidos atribuyeron ayer la cancelación de cinco vuelos de British Airways y Air France procedentes de Europa a las sospechas de que Al Qaida sigue planeando repetir atentados como los del 11-S.

La compañía británica fue la primera en informar de que dos vuelos (bajo el código BA223) con destino a Washington previstos para el 1 y el 2 de febrero, y un tercero a Miami (el BA207), que debía partir el domingo, fueron suspendidos hasta nuevo aviso.

Hay datos «específicos y creíbles» de que este grupo terrorista podría intentar repetir los ataques que costaron la vida a más de 3.000 personas en Nueva York, Washington y Pensilvania, afirmó Brian Roehrkasse, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional.

«Seguimos estando preocupados por el deseo de Al Qaida de utilizar aviones, especialmente aviones de compañías de otros países», dijo Roehrkasse, después de que se conociera la cancelación de tres vuelos de British Airways y dos de Air France.

Un portavoz de British Airways aludió a «razones de seguridad», término que utilizó también la aerolínea Air France para explicar la anulación de dos vuelos entre París y Washington (bajo el código AF026), que debían realizarse hoy y mañana.

Fuentes aeroportuarias galas explicaron que ya se había previsto una serie de medidas «específicas» para esos vuelos con destino a EE UU, puesto que debían subir a bordo de los aparatos agentes de cuerpos de elite.