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STANLEY KAROMBO-HARARE
El Gobierno de Zimbabue acusó ayer a los servicios secretos de España, EEUU y Gran Bretaña, de haber respaldado un complot para derrocar al presidente de Guinea Ecuatoriana, Teodoro Obiang.

El propósito, dejó claro, era «dar un golpe de Estado» contra Obiang, cuyo país cuenta con importantes recursos petrolíferos.

El ministro zimbabuense del Interior, Kembo Mohadi, en una declaración leída ante los medios de comunicación, dijo que los 67 presuntos mercenarios detenidos el domingo pasado en Harare «fueron ayudados por los servicios secretos británicos, es decir el MI6, la CIA norteamericana y los servicios secretos españoles».

Mohadi daba por hecho que el destino de los detenidos, que hicieron escala en Harare después de partir de Sudáfrica en un vuelo no autorizado, era Guinea Ecuatorial, e insistió, en declaraciones posteriores, que «el vuelo fue facilitado» por los servicios secretos de España, EEUU y Gran Bretaña.

Mohadi también sostuvo que el complot contaba con la cooperación pasiva del jefe de la policía y del jefe del ejército de Guinea Ecuatoriana, a quienes fueron prometidos puestos en un nuevo gobierno pos-Obiang a cambio de no oponer resistencia al golpe.

Como fuente, el ministro citó a uno de los detenidos, Simon Mann, quien según las autoridades zimbabuenses es ex miembro de las fuerzas especiales británicas SAS.

Mann fue uno de los tres hombres que esperaban en el aeropuerto de la ciudad de Harare para recibir a los otros 64 presuntos mercenarios, que llegaron en un avión de carga Boeing 727-100.