Un soldado de EE UU fotografía a hondureños en la base Tegucigalpa, cerca de Nayaf.

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FRANCE PRESS-BAGDAD
El anuncio de la retirada inmediata de las tropas españolas destinadas en Irak ha empezado a surtir los efectos que más temían los países partidarios de la ocupación del país árabe. De momento, el presidente de Honduras, Ricardo Maduro, anunció ayer que retirará «en el menor tiempo posible» sus 368 efectivos destacados en Irak, al igual que el presidente de la República Dominicana, Hipólito Mejía, respecto a las de su país, muy al contrario que otros países, como El Salvador, Bulgaria o Corea del Sur, que se han comprometido a seguir en el Irak.

«Este día he comunicado a los países miembros de las fuerzas de la coalición y otros países amigos, que he decidido el regreso de las tropas hondureñas en Irak», aseguró Maduro en declaraciones a la radio y televisión de Honduras. Los soldados hondureños integrantes del Batallón Expedicionario Xatruch llegaron a Irak el pasado 29 de agosto como parte de la Brigada Plus Ultra encabezada por España.

El presidente afirmó que había «ordenado al secretario de Estado en el Despacho de Defensa Nacional la ejecución de la decisión tomada, en el menor tiempo posible y en condiciones de seguridad para nuestras tropas». No obstante, «Honduras -adelantó Maduro- continuará cooperando en los campos político y diplomático a fin de contribuir al bienestar del pueblo iraquí, mediante la consolidación de un régimen democrático» que le devuelva la plena soberanía.

Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, se apresuró ayer a confirmar el compromiso del resto de países que forman parte de la coalición. «He hablado en el transcurso de las últimas 24 horas con los jefes de Estado y de Gobierno de casi todos los países presentes en la coalición», indicó Powell en el marco de una reunión con el alto representante de la Política Exterior de la UE, Javier Solana.