La ciudad de Basora sufrió ayer los peores ataques desde la caída del régimen de Sadam. Foto: ATEF HASSAN/REUTERS

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Un cuádruple atentado suicida mató ayer a cerca de 70 personas, entre ellos veinte niños, en Basora, en el ataque más cruento sufrido por esta ciudad meridional desde la caída del régimen del depuesto Sadam Husein. La violencia también sacudió la asediada localidad de Faluya, 50 kilómetros al oeste de Bagdad, donde nueve insurgentes murieron en combates contra las tropas de EEUU, que registraron tres heridos.

Más al norte, en la ciudad de Kirkuk, capital petrolera de Irak, las fuerzas de seguridad iraquíes abatieron a tiros a cuatro insurgentes y desactivaron tres vehículos cargados con explosivos, al parecer preparados para un atentado. En Bagdad, un civil murió al ser alcanzado por un cohete el coche en el que viajaba.

La violencia se desató horas después de que las autoridades iraquíes anunciaran la formación de un tribunal con el objetivo de juzgar al depuesto dictador Sadam Husein, y a los miembros del régimen «Baaz» que lo apoyaron. En Basora, el gobernador de la ciudad, Wael Abdel-Latif, responsabilizó de la matanza a la red terrorista internacional Al Qaeda, que lidera Osama Bin Laden.

La tragedia se desató en torno a las 6.30 de la mañana (hora de Balears) cuando tres suicidas se inmolaron de forma simultánea frente a otras tantas comisarías de la ciudad. En una de ellas, el coche bomba alcanzó a dos autobuses escolares que llevaban al jardín de infancia a una quincena de menores. Minutos después, un cuarto vehículo deflagró en la localidad vecina de Zubeir, unos veinte kilómetros al sur de Basora, y mató a tres iraquíes, dos de ellos policías que guardaban un puesto de control.

El portavoz militar británico en Basora, Hicham Halawa, dijo por su parte que no hay ningún soldado británico alcanzado por las explosiones de Basora, pero que cuatro fueron heridos en Zubeir, dos de ellos graves. El estudiante Osama Abdelkrim, testigo de una de las explosiones en Basora, relató que «había causado la destrucción casi total del edificio».