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JUAN CARLOS BARRENA-VIENA
El veterano político socialdemócrata Heinz Fischer, actual vicepresidente del Parlamento federal, se impuso ayer a la ministra de Exteriores, la conservadora Benita Ferrero-Waldner, en la pugna por la Presidencia de Austria, en unas elecciones de resultado ajustado a las que no se presentaron más candidatos.

Con un gran prestigio entre la población por su gestión moderada y ecuánime de la presidencia del Parlamento alpino entre 1990 y 2002, Fischer sucederá el próximo mes de julio en el cargo al actual Presidente federal, el conservador Thomas Klestil, que completa dos mandatos de seis años cada uno.

Escrutado el cien por cien de los votos, el resultado provisional de los comicios establece que Fischer, de 65 años, obtuvo la victoria al hacerse con el 52'41 por ciento de los sufragios, mientras que la jefa de la diplomacia de la República alpina, de 55 años, debió conformarse con el 47'59.

La participación electoral fue finalmente del 70'76 por ciento, ligeramente superior a la de hace seis años, cuando un 69 por ciento de los electores acudió a las urnas.

El resultado se atiene a todas las encuestas previas, que auguraban desde un principio una clara ventaja del candidato del Partido Socialdemócrata (SPOe), aupado ayer tras una larga carrera de segundón en su formación a la máxima jefatura del Estado, aunque su rival del Partido Popular (OeVP) acortó distancias hasta el final.

El electorado ha confirmado además la regla no escrita, pero aplicada de forma casi religiosa desde el fin de la II Guerra Mundial, de que el Presidente del Estado debe proceder del principal partido de la oposición para compensar el protagonismo de la formación gobernante. Casado y padre de dos hijos, Heinz Fischer, diputado desde hace más de 40 años, será el octavo presidente de Austria desde la constitución de la II República en 1945 tras la Segunda Guerra Mundial