Sadam Husein apareció ayer en su primera comparecencia ante el juez mucho más delgado y con la barba más corta que el día que fue detenido.

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FRANCE PRESS-BAGDAD
El ex presidente iraquí, Sadam Husein, compareció ayer por primera vez ante la Justicia iraquí en Bagdad y se negó a firmar el acta que enumera los siete cargos que se le imputan, durante una audiencia ante un juez del Tribunal Espacial Iraquí (TSI), al que calificó de «un teatro para la campaña electoral del presidente norteamericano Bush».

Durante la audiencia, el ex dictador, de 67 años y que podría ser condenado a muerte, pena restablecida en Irak, adoptó una actitud desafiante, a veces tranquila y a veces combativa, pero mostrándose siempre dueño de sí mismo, con una mirada dura hacia el juez que tenía enfrente suyo.

Sadam Husein cuestionó «desde un punto de vista jurídico» las acusaciones formuladas en su contra e invocó las «garantías» que le confiere la Constitución iraquí. «Permítame no firmar (el acta de acusación) sin la presencia de un abogado», dijo al juez que intentaba convencerlo de lo contrario.