TW
0

El gobierno provisional de la Iglesia está en manos de un español, el cardenal Eduardo Martínez Somalo, que es quien, siguiendo un estricto protocolo, verificó la muerte de Juan Pablo II a las 21.37 horas de ayer (hora española). El cardenal camarlengo fue también el encargado de retirarle del dedo el «Anillo del Pescador», símbolo del poder pontificio, que es la señal de que el reinado ha concluido.

El anillo fue inmediatamente machacado para evitar cualquier eventual falsificación de documentos pontificios. Éste es uno de los pasos más significativos tras la muerte de un Pontífice.

En los primeros siglos, para saber si el Papa se estaba muriendo el médico aproximaba a sus labios una vela encendida. Si la llama se movía significaba que aún conservaba un hálito de vida. La operación se realizaba varias veces hasta que la llama permanecía inmóvil.

Actualmente las técnicas han cambiado y lo que se hizo ayer fue determinar la defunción con los métodos habituales.

Una vez que el médico (antiguamente el arquiatra) confirmó la defunción del Papa el prefecto de la casa pontificia anunció oficialmente la muerte: El Papa muerto.

Todos los presentes, los más allegados a Juan Pablo II, se arrodillaron y comenzaron los primeros responsos. Después, por orden jerárquica se acercaron al cuerpo del Papa, y besaron la mano del difunto Pontífice.

Inmediatamente después, comenzó el turno de vela por parte de los canónigos penitenciarios. Se encendieron cuatro cirios a los pies de la cama y se colocaron un acetre con agua bendita y el hisopo con agua bendita junto al lecho mortuorio para los responsos de los prelados visitantes.

El cardenal camarlengo, que vestía de violeta (color de luto) y que es durante la sede vacante la más alta autoridad de la Iglesia, entró en la habitación escoltado por un destacamento de la Guardia Suiza con alabardas, símbolo de la nueva autoridad, para verificar oficialmente de la muerte del Pontífice.

En presencia del maestro de ceremonias y de los prelados de la casa pontificia, el camarlengo se acercó a la cama, retiró el pañuelo que cubría el rostro del Papa e inclinándose hacia el difunto le llamó tres veces por su nombre de pila.

Después golpeó su frente con un pequeño martillo de plata y mango de marfil. Después de verificar la muerte dijo «vere papa mortuus est» (de verdad el Papa ha muerto).

A continuación retiró del dedo el anillo del Pescador, símbolo del poder pontificio. Ésta es la señal de que el reinado ha concluido.

Después el notario de la Cámara Apostólica levantó acta y las campanas de San Pedro doblaron a muerto, anunciando al mundo y a Roma la muerte del Papa.

Una vez embalsamado, el cuerpo de Juan Pablo II será revestido con sotana blanca y llevado a la Capilla Sixtina escoltado por prelados con cirios y cardenales. Será colocado debajo del Juicio Final, donde los fieles le rendirán el último tributo. Luego será el funeral en San Pedro.