La participación en los comicios, según Interior, fue del 62,66%
del electorado pese a las llamadas al boicot por diferentes grupos
reformistas, lo que muchos ven como un éxito del régimen, que
insistió en solicitar un alto número de votantes como respuesta a
la presión exterior que sufre el país.
En segundo lugar quedó, con algo menos de 650.000 papeletas de
ventaja sobre el tercero, el ultraconservador ex alcalde de
Teherán, Mahmud Ahmedineyad, que logró el apoyo de 19,48% del
electorado. Por su parte, el clérigo moderado Mehdi Karubi, que
durante la mayor parte del escrutinio ocupó el segundo lugar, fue
relegado al tercer puesto con el 17,28% de las papeletas.
Los colegios electorales prolongaron cuatro horas su horario
para permitir, según la Junta Electoral, votar a la gente que
acudió a última hora. Uno de los favoritos según las encuestas, el
conservador Mohamad Baquer Qailbaf, quedó en cuarta posición con
algo menos del 14% de los sufragios.
Y Mustafa Moin, consejero del presidente Mohamed Jatami al que
los sondeos otorgaban grandes posibilidades, terminó en el quinto
lugar con un resultado similar al de Qalibaf. Los resultados
facilitados ayer por el Ministerio de Interior deben ser
ratificados por el conservador Consejo de Guardianes, un órgano no
electo que cuenta entre sus tareas la supervisión del proceso
electoral y la declaración de aptitud de los candidatos.
El próximo viernes, día 24, se celebrará, por primera vez en la
historia de la República Islámica de Irán, constituida en 1979, una
segunda ronda en las elecciones presidenciales.
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