TW
0

Los presidentes ruso, Vladímir Putin, y francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, prpusieron el programa de ayuda a Àfrica tras celebrar hoy una reunión oficiosa en el enclave báltico ruso de Kaliningrado. «Abogamos por mejorar la situación en Àfrica y proponemos una financiación adicional, con elementos nuevos», afirmó Chirac tras señalar que el problema de la pobreza será uno de los centrales en la cumbre del G8, junto al Protocolo de Kioto.

Chirac subrayó que otro tema de importancia en la cumbre será el Protocolo de Kioto sobre la reducción de los gases contaminantes, y expresó la esperanza de que haya acuerdo, aunque admitió que puede no aprobarse ninguna resolución por la posible resistencia de EEUU, único país del G-8 que no firmó este acuerdo internacional.

Schröder confirmó que el G-8, integrado por EEUU, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Canadá, Japón y Rusia, «continuará el trabajo por condonar las deudas» de los países africanos más pobres. «Planeamos para 2010 destinar a las ayudas a los países más necesitados de Africa un 0,5 del Producto Interior Bruto (PIB), y para 2015 elevar esa cuota al 0,7 por ciento», subrayó.

Putin indicó que Rusia «desde luego respaldará las iniciativas de ayuda a los países más pobres», pues su actual situación financiera se lo permite y ya aceptó la propuesta de condonar esas deudas. Pero señaló que «la forma más eficaz de ayuda no es la inyección de dinero, sino los cambios de la política económica», e instó a los países del G-8 a renunciar a subvencionar sus sectores industriales y a «abrir sus mercados», según las agencias rusas.

Los tres mandatarios se pronunciaron a favor de intensificar la cooperación entre Rusia y la Unión Europea, y Chirac y Schroeder aseguraron que la «crisis» que atraviesa la UE debido al problema de la Constitución Europea no afectará sus relaciones con Moscú. «El problema de la Constitución es interno y no repercutirá en las relaciones con Rusia, a la que consideramos socio estratégico», precisó Chirac, apoyado por Schroeder, quien expresó la esperanza de que la UE superará la crisis actual. Los dirigentes opinaron que la «troika» de sus países marca la pauta para el acercamiento entre Rusia y la UE, y destacaron la importancia de los cuatro espacios comunes de cooperación que desarrollan Moscú y Bruselas.