La policía británica golpea a unos manifestantes durante la protesta de ayer en Edimburgo.

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EFE-EDIMBURGO
La policía escocesa detuvo ayer a unos 30 simpatizantes anarquistas y de grupos antiglobalización en Edimburgo durante las manifestaciones previas a la cumbre de líderes del Grupo de los Ocho (G-8), entre los próximos miércoles y viernes en Gleneagles (Escocia). El enfrentamiento entre los manifestantes y las fuerzas del orden, en el centro de la capital escocesa, también dejó varios heridos leves en ambos bandos.

Por otra parte, y ya analizando la reunión del G-8, el ministro británico de Exteriores, Jack Straw, se mantuvo ayer confiado en la posibilidad de un acuerdo sobre cambio climático en la reunión esta semana del Grupo de los Ocho, pese a las reticencias expresadas por el presidente de EEUU, George W. Bush.

Hasta un millar de simpatizantes de grupos anarquistas, según la policía, protagonizaron ayer «El Carnaval para el disfrute total» en las calles de Edimburgo, una ciudad prácticamente tomada por las fuerzas del orden. Lo que empezó con un cruce de palabras acabó en una refriega entre agentes y manifestantes, que avanzaban disfrazados y a ritmo de tambores por el centro de la ciudad.

Más de 10.000 policías patrullan Edimburgo, donde miles de personas se congregan ya para participar en las protestas contra la pobreza y la injusticia social, con motivo de la cumbre del G-8, los siete países más ricos y Rusia.

El plato fuerte de las manifestaciones será mañana en Edimburgo, con la marcha convocada por el activista Bob Geldof y el último concierto de los once Live 8 contra la pobreza.

Tras reunirse en Londres con su homólogo alemán, Joschka Fischer, Straw se mostró optimista en obtener «un resultado satisfactorio» en la cumbre de los líderes del G-8, los siete países más ricos y Rusia.

De esa forma, Straw quiso desdramatizar las declaraciones de Bush sobre que no va a comprometerse a aceptar límite alguno en las emisiones de dióxido de carbono.