Los líderes mundiales del G-8 posan al finalizar la cumbre en Gleneagles.

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EFE-REINO UNIDO
Los líderes del G-8 ofrecieron ayer un aumento sustancial, de 50.000 millones de dólares, de su ayuda al desarrollo a cambio del firme compromiso de los países más pobres, especialmente africanos, de avanzar en la democracia y el buen gobierno.

Hemos venido aquí en solidaridad con el continente africano», declaró Blair, flanqueado por los líderes de Grupo de los Ocho y de siete Estados africanos invitados a esta jornada de clausura -Sudáfrica, Nigeria, Etiopía, Tanzania, Ghana, Senegal y Argelia-.

El primer ministro británico, Tony Blair, presidente en ejercicio del G-8, compareció ante los medios de información, rodeado por todos los participantes en esta cumbre, para anunciar el compromiso de los Ocho sobre el aumento de la ayuda a los países pobres y otros acuerdos de la reunión celebrada en Escocia.

Blair puso los significativos compromisos logrados por el G8 en radical contraste con «la política del terror» que la víspera golpeó duramente a su país.

Blair anunció el acuerdo de todos sobre un plan de acción para el desarrollo de Àfrica que será llevado a cabo «en cooperación» con los países de este continente asolado por la miseria y la enfermedad.

«No será el final de la pobreza en Africa», reconoció el actual presidente del G-8, pero lo decidido supone al menos «la esperanza en que pueda acabarse con ella».

Tampoco es «lo que cada uno hubiera querido», pero representa «un avance, un progreso real y alcanzable», añadió el primer ministro británico.