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El Gobierno británico proyecta sacar de Irak en los próximos tres meses a la mayor parte de sus tropas pese a las advertencias sobre el posible caos que tal retirada podría provocar en toda la región. Tal es el plan contenido en un informe preparado por el titular de Defensa, John Reid, para el primer ministro británico, Tony Blair, y que ha sido filtrado al dominical «The Mail on Sunday».

Fuentes del Ministerio de Defensa señalaron al periódico que el plan obedece a presiones estadounidenses para que Londres envíe una fuerza adicional de 3.000 militares al sur de Afganistán, donde sustituirían a tropas norteamericanas que volverían a casa. El presidente de EEUU, George W. Bush, está sometido a su vez a fuertes presiones de su Congreso y de la opinión pública para repatriar a sus tropas, por lo que quiere que los británicos tomen el relevo.

Según ese documento, de carácter secreto, Londres podría repatriar en los tres próximos meses a 8.500 militares, mientras que varios miles más regresarían en los seis meses siguientes. Si el Reino Unido saca sus tropas del país árabe, otros países miembros de la alianza que aún mantienen efectivos en Irak bajo control británico podrían seguir su ejemplo.

En el documento se reconoce que los estadounidenses están divididos sobre el plan de retirada e indica que uno de los motivos para sacar las tropas británicas es el de ahorrar dinero. Reducir el número de efectivos a tres mil de aquí a mediados de 2006 permitiría a Londres ahorrarse cerca de 750 millones de euros al año.