Una madre lleva a su hijo herido en brazos tras el atentado del sábado en Mosayeb.

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El ministro británico de Defensa, John Reid, anunció ayer la posibilidad de que el Reino Unido empiece a reducir la presencia de sus tropas en Irak en los próximos doce meses. El Gobierno comunicó esa información después de que tres soldados británicos fallecieran este fin de semana por la explosión de una bomba en el sur de Irak, lo que ha elevado el número de militares muertos en ese país a 92.

El Reino Unido cuenta en estos momentos con unos 8.500 efectivos desplegados en Irak, la mayoría apostados en la provincia sureña de Basora. El ministro británico de Exteriores, Jack Straw, había reiterado esta semana en Bruselas que las tropas iban a permanecer en Irak el tiempo que fuera necesario.

Reid precisó, sin embargo, que las tropas «se quedarán en Irak hasta que se cumplan las condiciones establecidas, es decir, cuando los iraquíes puedan tomar el control» del país. En declaraciones a Sky News, Reid condenó la nueva ola de ataques que en las últimas horas ha dejado más de un centenar de fallecidos y unos doscientos heridos en varias zonas de Irak.

«Nos quedaremos en Irak mientras sea necesario y mientras el pueblo iraquí, a través de su Gobierno democráticamente elegido, nos lo pida», aseguró el pasado martes Straw.