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Cerca de veinticinco mil civiles han muerto víctimas de la violencia en Irak desde el comienzo de la invasión liderada por Estados Unidos en marzo de 2003, se afirma en un estudio de «Iraq Body Count» y «Oxford Research Group» dado a conocer ayer.

El 82 por ciento de los muertos eran adultos varones y un 9 por ciento mujeres mayores de edad mientras que cerca de uno de cada diez tenían menos de dieciocho años.

El estudio, que se basa en 10.000 informaciones de prensa publicadas desde esa fecha, cifra en 24.865 los civiles muertos, casi todos ellos a consecuencia directa de la violencia, entre el 20 de marzo de 2003 y el 20 de marzo de 2005.

Sus autores son académicos y pacifistas agrupados en el «Iraq Body Count» y el «Oxford Research Group» y señalan que en el segundo año de la guerra murieron casi el doble de civiles.

Algo más de un 37 por ciento de las muertes de civiles las atribuye el informe a la coalición dirigida por Estados Unidos mientras que las que califica de «fuerzas anti-ocupación» (insurgentes) son responsables de un 9'5 por ciento.

Un 36 por ciento del total es atribuido a delitos de tipo criminal cometidos después de la invasión.

Casi uno de cada doscientos civiles muertos no había cumplido los dos años, señala también el estudio, según el cual la mayoría de las víctimas adultas eran padres o viudas que salían de alguno de los orfanatos.

Entre los menores de edad, la proporción de adolescentes muertas violentamente llega a un 22'7 por ciento.

La mayoría de las muertes se produjo en zonas en las que está concentrada la población civil: un 77 por ciento del total ocurrió en doce ciudades.

La responsabilidad de los ejércitos de la coalición en las muertes de civiles es, sin embargo, muy desigual, y así el estudio atribuye a las fuerzas estadounidenses un 98'5 por ciento del total de muertes.