Miles de turistas se agolpan en el aeropuerto de Sharm el Sheij y en las entradas de los hoteles con sus maletas para abandonar Egipto cuanto antes.<

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EFE-EL CAIRO/SHARM EL SHEIJ
La policía ha desplegado una intensa campaña de búsqueda de los implicados en los atentados del sábado en Sharm el Sheij, y hasta el momento ha detenido a al menos 70, mientras los turistas abandonan en masa la ciudad. Fuentes policiales, que pidieron no ser identificadas, explicaron que se han arrestado a decenas de sospechosos en la madrugada y a lo largo del día de ayer y que las detenciones «pueden continuar».

La mayoría de los detenidos, según las fuentes policiales, son beduinos de la región circundante a Sharm el Sheij, capturados en una intensa campaña de persecución por las desérticas montañas del Sinaí, unos parajes de enorme dificultad orográfica. Según las fuentes, también se han producido arrestos en Al Arish, capital de la provincia del Sinaí Norte, y en otros lugares de la península.

El hecho de que la mayor parte de los arrestados sean beduinos se debe, según el relato policial, a la identificación realizada por testigos del autor del tercer atentado, perpetrado en un aparcamiento de taxis. Un hombre, al que diferentes testigos identificaron como beduino, al verse «acorralado» por las fuerzas de seguridad, lanzó la maleta donde portaba el artefacto explosivo contra la policía, lo que explica que entre las víctimas haya 21 agentes.

El atentado fue perpetrado por tres suicidas y un cuarto hombre que utilizaron sofisticados explosivos procedentes del extranjero. Estos han sido los resultados de las primeras pesquisas de la policía egipcia. Las autoridades egipcias han establecido la cifra de muertos en 64, según los datos ofrecidos ayer en el Consejo de Ministros, pero fuentes médicas en Sharm el Sheij aseguran que recibieron noventa cadáveres.

Dos de los suicidas iban dentro del coche que destrozó el Hotel Ghazala Gardens, otro suicida es el que arremetió contra el mercado público, a seis kilómetros de allí, y el cuarto terrorista murió abatido por la policía tras ser descubierto con un paquete sospechoso y arrojarlo contra sus perseguidores, matando a 21 agentes.

Los explosivos utilizados están hechos con materiales «que no se encuentran en el mercado egipcio, ni legal ni ilegalmente», según explicó la agencia oficial egipcia MENA.