El Ejército Republicano Irlandés (IRA) ha ordenado a sus
voluntarios, después de más de 30 años de conflicto en el Ulster,
que abandonen su campaña armada y persigan sus objetivos por medios
exclusivamente «democráticos y pacíficos». La orden, que debía
hacerse efectiva a partir de las 15.00 horas GMT de ayer, también
insta a sus voluntarios a que no se impliquen «en otro tipo de
actividades», en clara referencia a los actos delictivos del IRA,
como el contrabando de bienes, robos o castigos corporales contra
miembros de la comunidad nacionalista.
No obstante, la organización subraya que no se disolverá, una de
las demandas planteadas por los unionistas para negociar con el
Sinn Fein, brazo político del IRA, la formación de un gobierno
compartido en el Ulster entre católicos y protestantes. En cambio,
la banda armada podría convertirse en una especie de asociación de
veteranos, comprometida con el proceso de paz, pero orgullosa de un
pasado revolucionario de más de cien años de historia.
En la nota, el IRA informa de que la dirección «ha autorizado a
sus representantes a colaborar con la Comisión Internacional
Independiente de Desarme (IIDC)» para completar el proceso de
destrucción de sus arsenales de «una manera verificable». También
permitirá que dos clérigos, uno católico y otro protestante,
presencien los actos de desarme del IRA.
De esta manera, la banda armada confía en «inyectar confianza»
entre las formaciones unionistas, que no se conforman con la
palabra del presidente de la IIDC, el general canadiense John de
Chastelain, sino que exigen, además, pruebas visuales. Después de
casi ocho años desde la firma del acuerdo de paz del Viernes Santo
(1998), muchos de sus contenidos, entre ellos el desarme total de
los paramilitares, no se han cumplido y la autonomía de la
provincia permanece suspendida por un supuesto caso de espionaje
del IRA en oficinas de Stormont, sede de la asamblea
norirlandesa.
A primera vista, la nota del IRA contiene el lenguaje inequívoco
respecto a su futuro que han pedido los Gobiernos británico e
irlandés para resucitar el alicaído proceso de pacificación, sumido
en una de sus peores y más prolongadas crisis. No obstante, es
probable que los unionistas no se decidan a negociar cara a cara
con el Sinn Fein, hasta que los organismos de control
correspondientes confirmen que el IRA ha entregado sus armas y ha
abandonado la actividades paramilitares y delictivas.
Esta cuestión es importante, pues sugiere que la decisión del
IRA, traumática para muchos republicanos, no provocará escisiones
en sus filas, como ocurrió en el pasado con el IRA de Continuidad y
el Auténtico debido a su descontento con la política del partido.
El comunicado no incluye ninguna disculpa por los 30 años de
terrorismo que ha matado a cerca de 1.800 personas. «Reiteramos
nuestra opinión de que la lucha armada fue completamente
legítima».
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