El tercer partido más votado en unas elecciones a las que estaban
convocados 103.360.000 electores fue el Nuevo Komeito, socio de la
coalición gobernante con el PLD y que obtuvo 31 escaños, tres menos
de los 34 conseguidos en las anteriores elecciones, celebradas en
noviembre de 2003. Aunque el Nuevo Komeito, de inspiración budista,
no será de utilidad en la Cámara Baja para el PLD, que cuenta con
mayoría absoluta holgada, sin embargo, podría ser requerido como
socio en el Senado.
El jefe de Gobierno japonés podrá también volver a presentar
para su votación en el Legislativo la polémica reforma del servicio
de correos de Japón, cuyo rechazo el pasado 8 de agosto en el
Senado condujo a Koizumi a disolver la Cámara Baja y convocar estas
elecciones anticipadas celebradas ayer. En los comicios de este
domingo, el PLD consiguió 296 escaños (en el anterior Legislativo
tenía 249), muy por delante de la principal fuerza de la oposición,
el Partido Democrático de Japón (PDJ), que obtuvo 113 asientos.
Esta aplastante caída del PDJ (que en la última legislatura,
antes de la convocatoria de las elecciones, disponía de 175
diputados) empujó ayer mismo a su líder, Katsuya Okada, a presentar
su dimisión. Okada señaló que renunciaba a su cargo para, así,
asumir su responsabilidad por el fracaso del PDJ en su meta de
cambiar el color de la Administración nipona, en manos del PLD casi
ininterrumpidamente desde hace medio siglo.
La última vez que el PLD obtuvo una mayoría que le permitió
ignorar el apoyo de otras fuerzas fue en 1990, cuando obtuvo un
récord de 300 escaños. Aunque el primer ministro japonés recordó
ayer que tiene previsto dejar su cargo en el Gobierno después de
que, en septiembre de 2006, abandone también la presidencia de su
partido, algunos de sus principales correligionarios y el
presidente del Nuevo Komeito, Tatsuo Kawabata, expresaron su
esperanza de que Koizumi continúe un año más del previsto.
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