La cristianodemócrata Angela Merkel fue reelegida ayer con el 98,6% de los votos de su partido.

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EP/AP-BERLÍN
El Partido Social Demócrata (SPD) del canciller Gerhard Schröder y la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Angela Merkel, el partido más votado en los comicios del domingo, se reunirán mañana jueves para discutir sobre la eventual formación de una coalición, según anunció un responsable del SPD. Los dos partidos podrían establecer una «gran coalición» que contaría con suficientes votos como para formar Gobierno.

Schröder se mostró ayer más conciliador y, en rueda de prensa, no repitió su afirmación de que el SPD no participará en un Gobierno en el que él no sea el canciller. «Se trata de conversaciones exploratorias, una fase en la que debemos hablar los unos con los otros sobre cómo formar un Gobierno estable, que es lo que necesitamos ahora», manifestó el canciller.

El anuncio coincide con las palabras de importantes responsables políticos de la izquierda y la derecha, apuntando que la «gran coalición» sería el mejor modo de sacar a Alemania del atolladero político, pero se mostraron en desacuerdo respecto a las reivindicaciones de Merkel y Schröder, que se proclaman ambos con derecho a ser canciller.

En estas conversaciones, continuó, «cualquier forma de condición previa sería inapropiada». En esta línea de cautela. Schröder dijo que «es demasiado pronto para dar una respuesta concreta» a la gran incógnita, quién ocupará cargos en el próximo Gobierno, aunque sí insistió en que las elecciones «tuvieron claramente un componente personal».

Por su parte, Angela Merkel se limitó a decir que los partidos tienen por delante una «tarea difícil» para formar Gobierno. Merkel logró ayer el respaldo del 98,6% de los miembros de su partido para seguir liderando el grupo parlamentario.

También el presidente del SPD, Franz Muentefering, fue reelegido por sus diputados como portavoz parlamentario, mientras el líder de los Verdes y actual ministro de Exteriores, Joschka Fischer, avanzó que no aspirará a ocupar este puesto en su partido y tampoco otros cargos de primera fila. «Una parte de mi vida, que ha durado 20 años, está acabando», dijo.