Grandes medidas de seguridad intentan blindar el proceso de votación.

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La población iraquí vive estos días entre espectaculares medidas de seguridad, destinadas a evitar posibles ataques de la insurgencia, ante el referéndum constitucional convocado para hoy sábado.

Desde medianoche, las fronteras de Irak con sus seis países vecinos -Kuwait, Jordania, Siria, Turquía, Irán y Arabia Saudí- permanecen cerradas, situación que continuará hasta el domingo, una vez concluido el referéndum constitucional.

Las medidas de seguridad adoptadas son perfectamente visibles en la capital, donde las calles que dan acceso a los colegios electorales están cortadas por bloques de hormigón para evitar los ataques con coches bomba.

Además, los tejados de los centros de votación están tomados por tiradores de élite del ejército iraquí, que vigilan desde allí para evitar posibles incidentes.

La población de la capital parece que también ha decidido protegerse, y las calles de Bagdad aparecieron ayer extrañamente vacías pese a ser viernes, día sagrado para los musulmanes, y los escasos vehículos que circulan son los de las patrullas militares y policiales.

Los vuelos comerciales con destino u origen en Irak han sido cancelados, y los aeródromos civiles iraquíes no funcionarán hasta que concluya la consulta.

También se ha restringido el tráfico interior y las fronteras entre las dieciocho provincias del país ser cerraron a las 18.00 hora local de ayer, momento en el que quedó prohibida la circulación de vehículos entre las provincias.

Y hasta el momento, las medidas de seguridad adoptadas por el gobierno de Bagdad, que incluyen también el despliegue de miles de miembros de los servicios de seguridad del estado, están dando resultado, ya que apenas se han registrado incidentes violentos en el país.