La Comisión Electoral de Irak y la representante de la ONU, Carina Perelli, dieron los datos del referéndum.

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Según los datos facilitados por la Comisión Suprema Electoral iraquí, la citada provincia refutó la Carta Magna, pero lo hizo con una mayoría simple, lejos del 67 por ciento fijado para que el texto quedara anulado. Un 44,2 por ciento de los votantes en esta multiétnica y conflictiva zona del norte del país eligió el «sí» mientras que el «no» fue la opción del 55,08 por ciento de los habitantes de una provincia mayoritariamente suní y feudo de la insurgencia.

Desglosadas en regiones, el resultado muestra que la aceptación fue mayoritaria en las provincias chiíes y kurdas, mientras que el «no» fue patrimonio casi exclusivo de las zonas suníes. El porcentaje mayor de aprobación correspondió a la ciudad de Arbil, capital del Kurdistán iraquí, mientras que la mayor cota de rechazo se registró en la provincia de Al-Anbar, corazón de la insurgencia, con un 96 por ciento de noes. Nada más conocerse los resultados finales, los suníes expresaron su descontento y acusaron al Gobierno del primer ministro, el chií Ibrahim al-Yafari, de amañar las cifras.

De acuerdo con la ley electoral vigente, si dos terceras partes de los votantes optaban por el «no» en tres de las 18 provincias del país, la Carta Magna quedaría anulada. El rechazo venció en las tres provincias exigidas, pero solo en Al-Anbar y Salahedin superó el referido 67 por ciento, por lo que el texto quedó virtualmente aprobado.

«Puedo afirmar que el referéndum se ha realizado conforme a los estándares internacionales. El resultado final es preciso, completo, y honesto en un cien por cien», dijo a los periodistas Abuld Husein Hindawi, portavoz de la Comisión Suprema Electoral. Según las cifras globales, un 78 por ciento de los iraquíes que participaron en la consulta se decantó por el «sí», mientras que el 21 por ciento restante optó por el rechazo.