Entre las empresas españolas citadas aparece, además de Dominion,
que es la que obtuvo el mayor contrato, Cunado Internacional,
dedicada también a conducciones, que obtuvo un contrato de 13
millones de dólares y pagó una comisión de 1,3 millones. Otra
empresa que recibió un importante contrato, por importe de 10
millones de dólares, fue Ringo Válvulas, también dedicada a
servicios para la industria petrolífera, y que pagó una comisión de
casi un millón de dólares. Otras mencionadas son Industrias Lacteas
Asturianas, que obtuvo un contrato de cuatro millones, así como
Bombas Omega, Rayana Cape Vermey, Refratechnik Iberica, Robibine
Iberica, Elemento de Distribución, y Automóviles Utilitarios
(AUSA).
El informe explica cómo el régimen de Sadam Husein exigió
comisiones y sobornos tanto a las empresas petrolíferas que
quisieron comprar crudo iraquí, como a las compañías de bienes y
servicios interesadas en vender productos de primera necesidad en
el país. Todo ello bajo el programa humanitario de la ONU «Petróleo
por Alimentos», que permitió a Irak sortear los efectos del duro
embargo comercial impuesto tras la invasión de Kuwait.
En concreto, la ONU permitió a Irak durante siete años, de 1996
al 2003, vender petróleo a cambio de que con los ingresos comprase
bienes de primera necesidad. En concreto, hubo varias empresas
españolas que participaron en el programa en la compra de crudo,
algunas grandes, como Repsol y Cepsa, y otras de menos tamaño, como
Amposta SL, Expansión Exterior SA, Lubna Trading, Sirecox, y Vilma
Oil Consulting. Pero el programa se convirtió en una fuente de
ingresos extras para el entorno de Sadam Husein, del que se calcula
que cobró 1.800 millones de dólares en sobornos y comisiones.
Además, según el informe, el dictador obtuvo otros 11.000 millones
adicionales con el contrabando de petróleo a países del entorno,
fuera del control de la ONU.
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