Tres personas resultaron muertas y otras 26 heridas por la
explosión de una moto cargada de explosivos en el mercado Al Nasr,
situado al noroeste de Bagdad. El mercado Al Nasr está ubicado en
el barrio Al Shula, cuyos habitantes son en su mayoría chiíes,
comunidad que controla el Gobierno y el Parlamento iraquíes y que
ha sido blanco de numerosos ataques con coches bomba, atribuidos
por sus líderes a «terroristas» suníes.
En el tiroteo perdieron la vida cinco agentes y siete rebeldes,
según fuentes policiales.
Además de la moto bomba, cinco coches cargados de explosivos
estallaron durante el día en distintos barrios bagdadíes contra
patrullas de las fuerzas de seguridad y causaron la muerte de cinco
personas y heridas a otras catorce, diez de ellas policías. Los
rebeldes también atacaron en el denominado «triángulo suní»,
corazón de la insurgencia iraquí, donde mataron a cinco policías y
a cinco militares en un aparente ataque coordinado cerca de la
localidad de Baquba.
Según fuentes de la seguridad, un grupo de hombres armados que
viajaban en un microbús abrió fuego contra un puesto de control
ubicado a la entrada de la localidad de Bahruz, a unos 60
kilómetros al norte de Bagdad.
Casi al mismo tiempo, y a unos 60 kilómetros más al norte, cinco
militares iraquíes murieron en una emboscada tendida por un grupo
de hombres armados.
Los soldados fueron sorprendidos por una partida de pistoleros
que les ametrallaron cuando salían de una base militar vecina al
municipio de Hibhid, a medio camino entre la ciudad rebelde de
Baquba y Kirkuk, la principal zona petrolera de Irak. También en
Baquba, el gobernador de la provincia de Diala, Raad Rashid,
resultaron herido y uno de sus guardaespaldas murió por la
explosión de una bomba al paso de su vehículo por una de la calles
de esa ciudad, según las mismas fuentes. Además, el profesor de
Universidad de Bagdad Fofal Ahmed fue asesinado a tiros por un
grupo de desconocidos cuando salía de su domicilio para impartir
sus clases en la Facultad de Arte. En la ciudad de Samarra, 120
kilómetros al norte de la capital, los insurgentes destruyeron un
tramo de oleoducto que abastece Bagdad desde la refinería de
Baji.
Las nuevas acciones de violencia coinciden con una creciente
tensión política en el país por el rechazo de los suníes y los
chiíes laicos de los resultados parciales de las elecciones
parlamentarias, celebradas el pasado día 15 y que dan la victoria a
los chiíes religiosos.
Varias figuras suníes insistieron en que los comicios fueron
«fraudulentos» y exigieron la disolución de la Comisión Electoral
Independiente (CEI) y la formación de un comité de expertos
internacionales para estudiar las quejas.
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