Angela Merkel, junto a Bush en el encuentro que mantuvieron ayer.

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El presidente de EEUU, George W. Bush, expresó ayer su convicción de que el programa nuclear iraní debe ser referido al Consejo de Seguridad de la ONU pero no quiso pronunciarse acerca de qué medidas debería imponer ese organismo. Junto a la canciller alemana, Angela Merkel, con quien se reunió por primera vez en la Casa Blanca, Bush declaró su voluntad de solventar la crisis nuclear iraní de manera diplomática.

EEUU se ha mostrado de acuerdo con esta posición y, junto con los «tres» de la UE, tiene previsto celebrar reuniones la semana próxima con China y Rusia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad, para determinar los pasos a tomar.

«El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas forma parte de ese proceso diplomático», explicó el presidente. Los tres países que negocian en nombre de la Unión Europea con Irán -el Reino Unido, Francia y la propia Alemaniaexpresaron el jueves su convencimiento de que el proceso de conversaciones había entrado en un punto muerto y no quedaba más opción que referir el caso al Consejo de Seguridad para posibles sanciones.

Acerca de si la ONU debería imponer sanciones a Teherán, el presidente George W. Bush declaró ayer que «no quiero anticipar lo que el Consejo de Seguridad debería hacer, pero es lógico que un país que ha rechazado las aperturas diplomáticas sea referido al Consejo de Seguridad».

En principio, la reunión entre Merkel y Bush tenía como objetivo sellar la reconciliación entre los dos gobiernos tras el relevo en Berlín, donde la nueva canciller sustituyó a Gerhard Schroeder, uno de los principales opositores a la guerra en Irak.

Pero los acontecimientos de los últimos días hicieron que Bush y Merkel dedicaran buena parte de su reunión a Irán.

El régimen iraní amenazó ayer con suspender toda su cooperación con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), incluyendo el acceso de los inspectores a sus instalaciones nucleares, si su programa nuclear es abordado por el Consejo de Seguridad de la ONU con vistas a la imposición de eventuales sanciones. Por su parte, el presidente Mahmnud Ahmadineyad denunció que el interés de las superpotencias no es erradicar las armas atómicas, sino controlar el suministro internacional de energía nuclear.

Por otra parte, Rusia venderá a Teherán misiles antiaéreos Tor M-1 a pesar del agravamiento del conflicto en torno al programa nuclear de Irán, declaró hoy el viceprimer ministro primero y titular de Defensa ruso, Serguéi Ivanov.