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Tras más de un mes esperando los resultados de las elecciones legislativas iraquíes del pasado 15 de diciembre, los chiíes de la Alianza Unida Iraquí han confirmado que no tendrán más remedio que negociar para seguir gobernando, ya que han obtenido diez escaños menos de los que necesitaban para garantizar la mayoría absoluta. El recuento oficial, anunciado ayer por la Comisión Independiente Electoral de Irak tras una larga espera causada por casi 2.000 denuncias sobre fraudes e irregularidades, revela también un importante ascenso de los grupos árabes suníes.

En las elecciones de enero de año pasado, la Alianza Unida consiguió 146 diputados, 18 más que en estos comicios (con 128). Por su parte, la formación chií laica liderada por el ex primer ministro Ayad Alaui, la Lista Nacional Iraquí, se ha quedado con 25 escaños, frente a los 40 que tenía en el anterior Parlamento. Por tanto, los resultados, anunciados por un responsable de la comisión, Rasheed, revelan una pérdida de 33 escaños para la confesión mayoritaria de este país.

En lo que respecta a los árabes suníes, el Frente del Acuerdo Iraquí ha conseguido 44 escaños, y otra formación suní, el Frente Iraquí para el Diálogo Nacional -liderado por Salé al Mutlaq-, se ha contentado con once, dijo Rasheed.