Ayer se vivieron disturbios en las calles de Gaza. Los radicales exigían la dimisión de Abás.

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ELÍAS BENARROCH-JERUSALEM
El Gobierno israelí ha decidido ignorar al próximo gobierno islámico de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y ha iniciado una campaña diplomática para convencer a Occidente de que siga sus pasos hasta que Hamás desarme a su milicia.

Recurriendo a la terminología empleada en su día por Ariel Sharón para referirse a Yaser Arafat, el primer ministro israelí manifestó que «Hamás no es un socio para la paz e «Israel y el mundo ignorarán a ese gobierno y será por tanto irrelevante».

Israel no dialogará ni tratará con el gobierno de Hamás hasta que el movimiento islámico, vencedor de las elecciones legislativas del miércoles, no se aparte del camino del terrorismo, según portavoces oficiales.

«Un gobierno palestino dirigido o del que forme parte Hamás convertirá la ANP en un gobierno que apoya el terrorismo», dijo el primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, esta madrugada tras la reunión de emergencia que celebró anoche con los miembros de su gabinete reducido para Asuntos de Seguridad.

Aún así, Olmert abogó por una postura prudente y sugirió esperar a los próximos pasos de la organización islámica. «Sugiero no dejarnos arrastrar por la corriente porque estamos en el principio del proceso e Israel es un país fuerte y no hay porque alarmarse».

Por el momento, el boicot israelí se ha traducido en la congelación de la transferencia mensual de los impuestos y tasas de aduanas a la ANP, un dinero del que viven las arcas públicas palestinas y que les corresponde en virtud de los acuerdos de Oslo.

Asimismo, en respuesta a la aplastante victoria de los islamistas, que obtuvieron 76 de los 133 escaños en el Consejo Legislativo, Israel ha lanzado una campaña diplomática internacional para obtener garantías de que ningún gobierno dialogará con Hamás hasta que este grupo se adapte a los valores de cualquier democracia.

Por otra parte, miles de personas celebraron ayer en los territorios palestinos el abrumador triunfo de Hamás en las elecciones legislativas, mientras miles de seguidores de Al Fatah salieron a las calles de Gaza para exigir la dimisión del presidente palestino, Mahmud Abás, y protestar por los resultados del grupo.