El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, acusó ayer a la
magistratura y a la prensa de poner en peligro la democracia y
urdir su muerte política, a sólo dos días de las elecciones
generales.
«Hay empleados estatales cuyos salarios provienen de los ciudadanos
y conspiran, conspiran y conspiran contra el primer ministro»,
señaló Berlusconi en apasionadas declaraciones. «Es una infamia»,
añadió, señalando ferozmente con su dedo y mirando directamente a
la cámara de televisión.
Berlusconi, que lucha por evitar una derrota en los comicios del
9 y 10 de abril, convocó a un sorpresiva conferencia de prensa en
la que denunció a los periódicos por alinearse con la coalición de
centroizquierda y atacó a los jueces de Milán por perseguirlo a
través de los tribunales.
Hablando en tercera persona, Berlusconi dijo a los periodistas
que estaba 'trabajando sin descanso en nombre de todos los
italianos', pero que ha sido víctima de 'constantes ataques de
jueces' con motivaciones políticas.
Para incrementar las tensiones preelectorales, el ministro del
Interior, Giuseppe Pisanu, dijo ayer que Italia frustró un ataque
terrorista en medio de la carrera por los comicios. Pisanu afirmó
que el sistema ferroviario subterráneo de Milán y la basílica de
San Pretonio del siglo XIV en Bolonia, que tiene un fresco del
profeta Mahoma ardiendo en el infierno, eran probables
objetivos.
El primer ministro ha dominado la disputada campaña electoral
gracias a una serie de promesas y arrebatos, pero en los últimos
días se ha mostrado públicamente muy tenso. Berlusconi se vio
obligado el miércoles ha participar de una entrevista en horario de
máxima audiencia en uno de sus propios canales de televisión, tras
una avalancha de protestas de los políticos opositores que dijeron
ello rompía las reglas que se aplican a las campañas políticas.
Además criticó severamente las protestas y dijo que eran un
insulto a la libertad civil. También acusó a las autoridades
italianas de confabular para burlarse de él.
Pero el enojo de Berlusconi ayer tenía como destinatarios a los
fiscales de Milán, que el mes pasado pidieron que se presente en un
proceso donde está acusado de sobornar a un abogado con 600.000
dólares, a cambio de un testimonio favorable en dos causas
vinculadas a sus medios de comunicación. Berlusconi mostró ayer
extractos de cuentas bancarias que dijo que prueban que el dinero
provenía de un constructor de barcos de Nápoles, sin ninguna
relación con él.
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