Los alemanes respiran más tranquilos tras el arresto en cinco días de los dos sospechosos de los atentados fallidos con sendas bombas en dos trenes regionales alemanes el pasado 31 de julio.
Los dos jóvenes libaneses están acusados de «pertenencia a una banda terrorista, de intento de asesinato de varias personas y de tentativa de provocar una detonación con explosivos», precisó la Fiscalía.
El libanés Jihad Hamad, de veinte años, se entregó ayer voluntariamente a la policía de Trípoli (Líbano), un día después de que la Fiscalía General alemana emitiera una orden de arresto internacional contra él y de que la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) hiciera pública su fotografía. Su presunto cómplice, el estudiante libanés de 21 años Youssef Mohamad E.H., fue detenido el pasado sábado en la estación central de Kiel (norte de Alemania) y se encuentra en prisión preventiva en la cárcel de Moabit de Berlín.
Los dos hombres más buscados de Alemania habrían presuntamente puesto el pasado 31 de julio sendas bombas en un tren regional que se dirigía de Aquisgrán a Hamm y en otro que cubría el trayecto de Moenchengladbach a Coblenza.
Las maletas-bomba fueron activadas con detonador a distancia y debían explotar de forma simultánea a las 14.30, hora local, (12.30 GMT), pero finalmente no lo hicieron por un error técnico, lo que evitó una posible matanza similar a la de los atentados del 11-M en Madrid y el 7-J en Londres.
El fiscal federal Rainer Griesbaum confirmó en rueda de prensa en Karlsruhe que en el registro del domicilio de Hamad en Colonia (oeste de Alemania) la policía encontró dos recibos de la compra de bombonas de gas, cables y cinta adhesiva.
De momento, la Fiscalía no ha confirmado públicamente si se trata del mismo tipo de bombona de gas propano que hallaron en las maletas-bomba, en las que también había botellas de gasolina, detonadores y pilas.
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