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AGENCIAS-VIENA
El Gobierno iraní responde al mundo que no teme la posible imposición de sanciones internacionales y «no cederá ante las amenazas», el día en que se cumple el plazo dado por el Consejo de Seguridad de la ONU para que suspenda el enriquecimiento de uranio.

La reacción del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no se hizo esperar y desde Salt Lake City (Utah, EEUU) aseguró que debe haber «consecuencias» por el desafío de Irán a la comunidad internacional ya que, en su opinión, el desarrollo de su programa tiene como objetivo obtener armas nucleares.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aseguró en su último informe técnico sobre Irán hecho público ayer que este país continúa con su programa de enriquecimiento de uranio, ignorando el ultimátum de suspensión.

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, advirtió en un discurso que los iraníes no cederán ante «las amenazas y la arrogancia», en alusión a que su país no suspenderá sus actividades nucleares.

Para Ahmadineyad «la arrogancia internacional se opone al desarrollo nuclear iraní, y sus alegaciones sobre el posible desvío de las actividades pacíficas no son más que una mentira».

«El mensaje de nuestro pueblo a todo el mundo es un mensaje de paz y no de agresión», añadió.

El Consejo de Seguridad de la ONU no tomará ninguna acción antes de las conversaciones del enviado europeo con Teherán la próxima semana. Muchos países occidentales sospechan que el programa nuclear iraní esconde un intento por desarrollar una bomba atómica.