Bush, en su comparecencia en el reciente Congreso Nacional por los Veteranos de Guerra. Foto: REUTERS

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TERESA BOUZA-EFE-WASHINGTON El presidente de EEUU, George W. Bush, aseguró ayer que la situación en Irak mejora y pidió paciencia a sus compatriotas en medio de una creciente presión de la opinión pública y el Congreso para iniciar la retirada militar del país árabe.

«El éxito de los pasados meses ha demostrado que las condiciones sobre el terreno pueden cambiar y están cambiando», señaló el inquilino de la Casa Blanca durante su discurso radiofónico semanal. Precisó, de todos modos, que la nueva estrategia que arrancó a principios de este año con la aprobación del despliegue en Irak de unos 30.000 soldados estadounidenses adicionales, «no puede triunfar de la noche a la mañana».

Aseguró, además, en una línea ya tradicional en sus discursos, que la permanencia en Irak resulta clave para garantizar la seguridad no sólo dentro de ese país, sino también en el resto de Oriente Medio y en territorio estadounidense. Esta misma semana, recordó, en ese sentido, cómo la partida de las fuerzas estadounidenses de Vietnam coincidió con el surgimiento del Jemer Rojo en Camboya, un mensaje con el que trató de alertar de las posibles consecuencias de una retirada de Irak.

Sus palabras no logran acallar, de todos modos, el cada vez más acalorado debate sobre Irak, del que se hacen eco hoy los principales rotativos del país. El diario «The New York Times» analiza las discrepancias en el seno del ejército sobre el recorte de tropas.

El «Times» señala que los comandantes sobre el terreno abogan por una reducción lenta en el número de soldados, mientras que los generales en Washington están a favor de un recorte más rápido de las unidades de combate.

El periódico apunta que el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Peter Pace y el jefe de Gabinete del ejército, el general George Casey, estarían a favor de fuertes reducciones para finales del 2008, de hasta la mitad de las 20 brigadas de combate actuales.

Ese objetivo diferiría del que se prevé proponga el máximo responsable de las fuerzas estadounidenses en Irak, el general David Petraeus, el próximo mes, cuando presente un esperado informe sobre la situación en Irak ante el Congreso estadounidense.