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EFE-MOSCÚ La canciller alemana, Angela Merkel, es la primera dirigente europea a la que el líder ruso, Vladímir Putin, debió de explicar ayer su amenaza de rearmarse con misiles capaces de alcanzar Europa, que expertos militares consideran muy probable. Dos días antes de viajar a Alemania, Putin añadió otro espinoso tema a la agenda internacional de su cumbre con Merkel, que incluye problemas como el polémico despliegue del escudo antimisiles de Estados Unidos en Europa y las crisis de Irán y de Kosovo.

Al recibir en Moscú a los secretarios de Defensa y de Estado de EEUU, Robert Gates y Condoleezza Rice, Putin amenazó con la posible salida de Rusia del Tratado INF por el que Moscú y Washington hace 20 años acordaron eliminar para siempre sus misiles de corto y medio alcance.

El jefe del Kremlin dijo que Rusia no podrá seguir cumpliendo estos compromisos si el tratado no se universaliza y se suman a él otros países, inclusive vecinos, que poseen sistemas de misiles tácticos.

El portavoz del Departamento de Estado, Tom Casey, comentó que EEUU «seguirá cumpliendo» el Tratado INF, que calificó de «muy importante», y «lamentaría» su abandono por parte de Rusia.

Este es el segundo acuerdo de desarme del que amenaza salir Rusia, irritada por los planes de EEUU de instalar elementos de su escudo en Europa del Este cerca de las fronteras rusas, pues también se propone denunciar el Tratado de Fuerzas y Armas Convencionales en Europa (FACE), considerado piedra angular de la seguridad europea.

Firmado el 8 de diciembre de 1987, el acuerdo INF entró en vigor el 1 de junio de 1998. De duración ilimitada, prevé la eliminación y la prohibición permanente de dos categorías de misiles balísticos estadounidenses y soviéticos, de entre 500 y 1.000, y entre 1.000 y 5.000 kilómetros de alcance.

El abandono del Tratado INF y la instalación de misiles en las regiones occidentales de Rusia es una de las posibles respuestas, mencionadas por expertos militares rusos, al despliegue de elementos del escudo antimisil estadounidense en Polonia y la República Checa. Rusia adelantó en febrero que podría en cinco o seis años producir nuevos cohetes nucleares de medio y corto alcance.