Varios operarios colocan una pantalla en el estudio donde esta madrugada ha tenido lugar el debate político entre los candidatos a la presidencia, en la Universidad de Misisipi. g Foto: LARRY W. SMITH/EFE

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OTR/PRESS-WASHINGTON Pese a las esperanzas depositadas en una inminente aprobación del 'plan rescate' del presidente estadounidense, George W. Bush, las intensas conversaciones, que continuaron ayer, no han surtido efecto y se han aplazado hasta después del debate que tenía previsto celebrarse entre los dos candidatos a la Presidencia, Barack Obama y John McCain, y con ello también se puso entre paréntesis una disensión incluso en el seno del Partido Republicano después de que los congresistas más conservadores presentaran una iniciativa alternativa. No obstante, «vamos a lograr que el paquete sea aprobado», sentenció Bush.

El presidente norteamericano esgrimió ayer que su controvertido plan intervencionista, valorado en 700.000 millones de dólares, recibirá la luz verde del Congreso, aunque todavía «existen desacuerdos». «El proceso legislativo a veces no es muy bonito, pero vamos a lograr que el paquete sea aprobado», afirmó, confiando en que «demócratas y republicanos se unirán y autorizarán un sustancial plan de rescate».

Pero, de momento, este paso tendrá que esperar. El jueves se daba por hecho que el documento saldría adelante, pero la realidad truncó los titulares después de que los republicanos más conservadores hiciesen evidentes sus aireadas reticencias a una política intervencionista. Una facción de este partido ofreció un plan de seguros hipotecarios alternativo a la limpieza de activos tóxicos propuesto por Bush y defendido por la Secretaría del Tesoro y la Reserva Federal.