El Gobierno de Estados Unidos, que inicialmente había centrado su plan de rescate financiero en la compra de la «deuda tóxica» de la banca, ha optado finalmente por entrar en el capital de algunas entidades para procurar que vuelvan a conceder créditos. «Estamos tomando medidas agresivas y sin precedentes para enfrentar la crisis financiera», dijo el presidente George W. Bush, en una comparecencia en los jardines de la Casa Blanca.
El Gobierno destinará a esta medida 250.000 millones de dólares (182.000 millones de euros), la primera parte de los 700.000 millones de dólares (unos 500.000 millones de euros) del plan de auxilio al sector financiero aprobado por el Congreso. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, aportaron más detalles de la iniciativa, cuyo objetivo fundamental es devolver la confianza en el sistema financiero, un factor clave en la actual inestabilidad de los mercados.
Paulson dijo que los bancos que se acojan al reflotamiento público deben comprometerse a volver a «poner en circulación» este dinero, por la vía de préstamos para los clientes. Muchos analistas han advertido de que la paralización del crédito está golpeando duramente el consumo privado y la inversión empresarial, lo que podría haber sumido ya a la economía en una recesión.
«Estos esfuerzos apuntan a beneficiar directamente a la ciudadanía estabilizando el sistema financiero y ayudando a que la economía se recupere», dijo Paulson. El Tesoro se ha visto obligado a cambiar sus planes iniciales de comprar la deuda hipotecaria de la banca tras una semana en la que pánico se adueñó de las bolsas y las entidades financieras han cerrado el crédito, lo que ha disparado las tasas de interés en los mercados monetarios.
Paulson dijo que lamentaba tomar estas medidas de intervención estatal, pero «debemos hacerlo para restablecer la confianza en nuestro sistema financiero». Además de comprar acciones preferentes de la banca, el Tesoro se ha comprometido a adquirir pagarés de empresas para reactivar la financiación empresarial, así como deuda bancaria.
Paulson dijo que algunas grandes instituciones financieras ya aceptaron el programa. Según el diario The Wall Street Journal, estas entidades son J.P. Morgan Chase, Bank of America, Citigroup, Wells Fargo, Bank of New York Mellon, Morgan Stanley, Merrill Lynch, State Street y Goldman Sachs.
Asimismo, ayer se anunció que la Corporación Federal de Garantía de Depósitos extenderá temporalmente una garantía ilimitada a los nuevos títulos de deuda de los bancos y los depósitos que no devengan intereses. Los bancos tienen plazo hasta el 14 de noviembre para solicitar las inversiones al Tesoro en sus fondos propios. El monto mínimo para los bancos es el 1% de su capital, con un máximo de 25.000 millones de dólares.
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