El presidente de la Reserva Federal, ayer durante una conferencia en el Capitolio de Washington. Foto: J.REED/REUTERS

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EFE-WASHINGTON

El presidente de la Reserva Federal de EE UU, Ben Bernanke, dio ayer su apoyo por primera vez a un nuevo paquete de estímulo fiscal para contrarrestar la debilidad de la mayor economía del mundo. Bernanke presentó ante el Comité Presupuestario de la Cámara de Representantes una visión de una economía en marcha corta, aunque no quiso decir si en recesión, y dejó entrever una posible rebaja de los intereses la próxima semana.

«Con la probabilidad de que la economía siga débil por varios trimestres y un cierto riesgo de una desaceleración prolongada, parece apropiado que el Congreso considere un paquete fiscal en esta coyuntura», declaró.

Su declaración supone un respaldo clave para los demócratas, que presionan para que el Gobierno dé un segundo empujón fiscal a la economía.

La bolsa de Nueva York respondió al alza a los comentarios de Bernanke y a las 18:30 GMT el Indice Dow Jones ganaba algo más de un 2 por ciento.

A principios de año, Bernanke apoyó el envío a la mayoría de los estadounidenses de un cheque de 600 dólares como forma de fomentar el consumo, entre otras medidas, un programa que costó 168.000 millones de dólares. El peso del jefe de la Fed resultó crucial entonces para acallar las objeciones de algunos conservadores, y los demócratas esperan que la declaración de ayer surta el mismo efecto.

Bernanke «ha añadido su voz al coro de economistas, expertos y políticos que insisten en que Estados Unidos necesita un paquete de rescate que cree empleos», dijo en un comunicado Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara Baja. En septiembre, esa Cámara aprobó un programa de gasto fiscal extraordinario de 61.000 millones de dólares, pero el Senado no lo pasó.

La Casa Blanca se opuso a la medida con el argumento de que inversiones en infraestructura propuestas por los demócratas no estimularán la economía. Ayer adoptó un tono nuevo tras las palabras de Bernanke.

Dana Perino, la portavoz presidencial, dijo que el presidente George W. Bush se halla «abierto» a la posibilidad de un segundo paquete de apoyo a la economía, aunque está a la espera de qué medidas incluirá el Congreso. El proyecto de ley en el que trabajan los demócratas propone gastar 150.000 millones de dólares en rebajas tributarias temporales, infraestructuras y ayuda para los gobiernos estatales, los pobres y los desempleados. Los líderes del Congreso pretenden tratar el tema tras las elecciones del 4 de noviembre.

Bernanke dijo ayer que el plan no sólo debería fomentar el consumo, sino también contrarrestar «la contracción extraordinaria del crédito», la cual puede prorrogar la recuperación económica, a su juicio. En este sentido, el jefe de la Fed dijo que el programa debería «mejorar el acceso al crédito por parte de consumidores, compradores de viviendas, negocios y otros prestatarios».