El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó ayer en la Casa Blanca una serie de medidas para facilitar la independencia del petróleo extranjero y reducir las emisiones de gases causantes del efecto invernadero. Obama, que en su primera semana de mandato dedicó su atención a la política exterior, la reforma ética y la economía, se centró ayer en la política energética, una de las áreas en las que en su campaña había sido más crítico con su predecesor, George W. Bush.
EEUU, afirmó, «no quedará a la merced de unos recursos cada vez más mermados» y la independencia energética frente al petróleo extranjeros será una de las prioridades de su mandato. «Por el bien de nuestra seguridad, nuestra economía y nuestro planeta, debemos tener la valentía y el compromiso de cambiar», declaró el mandatario.
En este sentido, anunció dos medidas que, según aseguró, sentarán las bases para lograr este objetivo. La primera es una orden ejecutiva que instruye a su Gobierno a hacer que los fabricantes de automóviles produzcan vehículos de consumo más eficiente para 2011. También ha pedido a su Gobierno que se asegure de que para 2020 o antes la flota de vehículos estadounidense tenga un rendimiento de unos 6 litros de gasolina por cada 100 kilómetros.
Una ley aprobada en el Congreso ya establecía ese objetivo, pero la Casa Blanca nunca puso en marcha medidas que permitieran cumplirlo. A diferencia del Gobierno anterior del presidente George W. Bush, que se resistió durante mucho tiempo a imponer medidas que obligaran a fabricar vehículos más eficientes, Obama aseguró que la regulación «no representa un peso añadido para la industria del motor, sino que la prepara para el futuro».
Asimismo, indicó, en su primer acto como mandatario en el Salón Este de la Casa Blanca, que el Gobierno debe colaborar con los estados en la imposición de requisitos más duros para los vehículos.
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