El presidente iraní, ayer, en la inauguración de una planta petroquímica en el sur del país. Foto: EFE

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EFE-TEHERÀN/NACIONES UNIDAS

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, advirtió ayer que la relación con Occidente ha cambiado después de su polémica reelección y recomendó a su colega estadounidense, Barack Obama, que no opte por una política que interfiera en los asuntos internos de Irán.

En declaraciones divulgadas por la agencia de noticias local Fars, el mandatario iraní aseguró que el lenguaje empleado por el presidente estadounidense recuerda al de su predecesor, George W. Bush, y que si ése es el camino elegido enterrará las opciones de diálogo.

«Los occidentales pensaban que podían destruir la autoridad del pueblo iraní con propaganda falsa. Ahora deben saber que partir de ahora Irán hablara desde otra posición, tratará a los enemigos desde una nueva perspectiva», amenazó.

«Han acabado los tiempos en que los países arrogantes sometían a otros países del mundo. Occidente debe abrir los ojos, ya que Irán se ha preparado para cualquier eventualidad», agregó Ahmadineyad, durante la inauguración ayer de un proyecto petroquímico.

«Obama ha cometido un error diciendo esas cosas. Nuestra pregunta ahora es por qué ha decidido seguir la senda de Bush», afirmó Ahmadineyad.

«Si ese es el tono que se pretende emplear, entonces no hay nada de que hablar. Espero que deje de interferir y que se disculpe de una manera clara que la entienda el pueblo iraní», apostilló.

Desde que el Ministerio de Interior concediera a Ahmadineyad la victoria electoral un día después de los comicios, celebrados el pasado día 12, Irán ha sido escenario de protestas en las que han muerto al menos una veintena de personas y miles han sido detenidas.

Obama pidió días atrás que se permitieran las protestas, que han sido reprimidas con excesiva crudeza por la Policía y la fuerzas de milicianos islámicos «Basij».

Sin embargo, Irán ha acusado a Occidente, y en especial a Estados Unidos y el Reino Unido, de espolear las protestas para propiciar lo que denomina «una revolución de terciopelo».

Por otra parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha puesto en peligro su credibilidad con sus declaraciones críticas con la violenta represión de las protestas postelectorales de la oposición, consideró ayer la misión de Irán ante el organismo multilateral.

La misión de Irán ante la ONU considera «desafortunado» que Ban se haya manifestado, «contraviniendo su mandato», sobre las «admirables» elecciones presidenciales.

Por último, Irán desmintió la detención de setenta profesores universitarios y académicos que, según la oposición, habían sido detenidos el miércoles tras reunirse con el líder opositor, Mir Husein Musaví.