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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, comunicó ayer al Congreso su intención de suspender durante seis meses la aplicación de uno de los cuatro capítulos de la Ley Helms Burton, aprobada en 1996 para endurecer el embargo a Cuba.

Al prorrogar otros seis meses la suspensión de una parte de la ley Helms-Bruton, que penaliza a las empresas extranjeras que operan en Cuba, el presidente de EEUU, Barack Obama, continúa la política de sus predecesores, Bill Clinton y George W. Bush.

Desde la aprobación de la ley, en 1996, durante el mandato de Clinton, los presidentes estadounidenses han aprobado cada seis meses, y de manera rutinaria, la prórroga de la suspensión de la sección III de esta norma, cuyo título oficial es «Ley para la Solidaridad Democrática y la Libertad para Cuba».

Al suspenderse ese título, se impide que ciudadanos estadounidenses puedan presentar demandas contra empresas extranjeras que usen propiedades incautadas en Cuba tras la llegada del régimen castrista en 1959.

Obama anunció la prórroga la noche del lunes en una carta remitida al Congreso en la que informa de su decisión.
El lenguaje que el presidente emplea es muy similar al utilizado por su predecesor, George W. Bush, en las 16 ocasiones en las que renovó la suspensión durante sus ocho años de mandato.

La Ley Helms-Burton, conocida así por los apellidos de los legisladores que la patrocinaron, busca «detener» las inversiones extranjeras en Cuba y proteger las propiedades estadounidenses en la isla.