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OTR PRESS/EFE-BRUSELAS/BERLÍN Un total de 20 países de los 43 que integran la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) en Afganistán aumentarán sus contingentes en el país asiático para apoyar la estrategia anunciada por el presidente norteamericano, Barack Obama, que enviará 30.000 hombres más y espera que sus socios de la OTAN hagan también un esfuerzo militar, civil y económico.

Para terminar de perfilar esta estrategia y acelerar el traspaso de la responsabilidad en materia de seguridad a los propios afganos, los ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza Atlántica se reúnen hoy en Bruselas con la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, para concretar sus compromisos.

De momento, la OTAN ha confirmado que los efectivos anunciados hasta la fecha superan los 5.000 que miércoles confiaba en lograr su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, sin contar con los países que esperarán a la Conferencia internacional sobre Afganistán de Londres, el próximo 28 de enero, como Alemania y previsiblemente Francia, para oficializar sus compromisos.

El portavoz de la OTAN, James Appathurai, cree que finalmente se conseguirá llegar a los 40.000 efectivos que recomienda el general norteamericano al mando de las operaciones en Afganistán, Stanley McChrystal, para que la fase de transición tenga éxito.

Appathurai puso también el acento en que esta contribución «significativa» de fuerzas contrasta con los escasos efectivos para la misión de formación del Ejército y la Policía.

Asimismo, el Parlamento alemán votó ayer la prolongación por un año del mandato militar en Afganistán, aunque sin alterar el número de efectivos y dejando así en el aire si Alemania se sumará a la lista de países que atienden a la petición de EEUU.

La decisión, que se produjo por amplia mayoría, pues contó con el respaldo de parte de la oposición, se produjo un día después de que el presidente de EEUU, Barack Obama, anunciara el envío de 30.000 soldados más y pidiera esfuerzos a sus aliados.

Este anuncio tiene lugar tras el terremoto vivido hace tan sólo una semana por la dimisión del ministro de Trabajo y ex titular de Defensa, Franz-Josef Jung, debido a un bombardeo en las cercanías de Kunduz.