Kaing Guek Eav, conocido como «Duch», es el primero de los cinco ex destacados cargos que la corte ha condenado por su implicación en las atrocidades cometidas durante aquel régimen que causó la muerte de al menos 1,7 millones de personas.
La Fiscalía de las Cámaras Extraordinarias de los Tribunales de Camboya, denominación oficial del órgano judicial auspiciado por Naciones Unidas, había pedido 40 años de prisión para Duch, la máxima pena contemplada por la legislación camboyana.
La defensa reclamó la absolución de su cliente al cuestionar que el tribunal tuviese «jurisdicción» para procesarle.
El tribunal redimió cinco años de pena al considerar que el ex jefe de la prisión de Tuol Sleng o la S-21, detenido en 1999 y acusado formalmente en julio de 2007, estuvo encarcelado de forma ilegal y cooperó con la justicia, por lo que deberá cumplir otros 19 años de cárcel tras haber pasado ya 11 años tras las rejas.
Con Duch en pie y aparentemente inquieto, el fallo fue dado a conocer tras dar lectura durante más de una hora a la serie de conclusiones a las que llegaron los jueces.
«Todas las personas detenidas en S-21 tenían el destino de ser ejecutadas de acuerdo a la política dictada por el Partido Comunista de Kampuchea para aplastar a los enemigos», dijo Nil Nonn, el juez que presidió la vista.
Duch es el primero de los cinco acusados que ha sido juzgado por su implicación en el genocidio de Camboya.
El tribunal encargado de investigar y juzgar las atrocidades del Jemer Rojo se ha pronunciado tres años después de que se iniciara el caso y cuando ya han transcurrido más de tres décadas desde que el brutal régimen fue derribado del poder por las tropas vietnamitas que invadieron Camboya.
El ex director de la prisión de Tuol Sleng fue juzgado a lo largo de 77 vistas y acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad y casos de asesinato y tortura cometidos mientras estuvo al mando de ésta.
Entre 14.000 y 16.000 personas, entre ellas unos 2.000 niños, pasaron por Tuol Sleng para ser interrogadas y torturadas antes de ser asesinadas en los campos de exterminio de Choeung Ek, a 15 kilómetros de Phnom Penh, la capital.
Al amanecer y antes de que el tribunal abriera sus puertas, cientos de camboyanos, observadores, diplomáticos y periodistas aguardaban en el exterior para acceder al interior y seguir el desarrollo de la vista.
Duch, de 67 años, es el único de los cinco acusados que ha expresado remordimiento y pedido perdón a los supervivientes.
Esperan su turno para ser juzgados: Khieu Samphan, ex presidente de la República Democrática de Kampuchea; Nuon Chea, «hermano número dos» e ideólogo de la organización; Ieng Sary, ex ministro de Exteriores; y su esposa, Ieng Thirit, ex titular de Asuntos Sociales.
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