El presidente venezolano, Hugo Chávez, y el colombiano, Juan Manuel Santos, ayer en en Santa Marta, donde murió Simón Bolívar. | Reuters

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El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo ayer a su llegada a la ciudad colombiana de Santa Marta, donde se reunió con el mandatario de Colombia, Juan Manuel Santos, que esperaba «reconstruir lo desmoronado» y «construir la paz cueste lo que cueste». Nada más bajarse del avión, Chávez se dirigió a la canciller colombiana, María Angela Holguín, a quien entregó, entre sonrisas, un manojo de rosas rojas.

«Buenas tardes al presidente Santos Calderón, creo que hoy está cumpliendo 37 años», dijo Chávez sobre su homólogo colombiano al felicitarle por su cumpleaños recurriendo a una broma, ya que en realidad éste cumplía 59.

Ante los periodistas, Chávez afirmó que llegaba «a tierra sagrada para nosotros, Santa Marta, creo que ha sido la primera y extraordinaria decisión que hemos tomado ambos presidentes, venir a Santa Marta para encontrarnos con Bolívar».

En «tierra santa»

Tras llamar a Santa Marta «tierra santa» en recuerdo del lugar donde murió El Libertador Simón Bolivar en 1830, añadió que «venimos con la voluntad y el corazón por delante, con el amor por delante, para comenzar pacientemente a reconstruir lo que fue desmoronado».

Declaró que ambos presidentes cuentan «con bastantes recursos para reconstruir unas buenas relaciones», y destacó que «queremos construir la paz entre nosotros, cueste lo que cueste». «Todos nuestros caminos deben conducir hacia paz», resaltó, al citar las palabras de Bolívar.

Chávez, que llegó vestido con una chaqueta con los colores de la bandera venezolana, aprovechó también para trasmitir «un gran saludo a los soldados colombianos» y terminó con «vivas» a Colombia, a Venezuela y a la paz.

Por su parte, Santos se declaró «muy optimista» ante el encuentro concertado con el objetivo de encauzar las relaciones diplomáticas.

No obstante, el nuevo presidente colombiano, quien tomó posesión del cargo el 7 de agosto, matizó que era mejor no crear «demasiadas expectativas» ante la reunión con la que ambos mandatarios decidieron afrontar la crisis bilateral que desembocó en la ruptura de relaciones por parte de Caracas el pasado 22 de julio.