Un portavoz del aeropuerto informó de que el cordón de seguridad en torno a la aeronave, un Boeing 777, había sido levantado y que los pasajeros habían embarcado de nuevo para emprender viaje hacia Manchester (Inglaterra), desde donde más tarde despegaría con destino a Karachi (Pakistán).
Uno de los pasajeros, de 30 años, de origen paquistaní y con nacionalidad canadiense, fue detenido e interrogado por la policía de Estocolmo como sospechoso, pero posteriormente fue puesto en libertad sin cargos.
Sabotaje aéreo
El hombre había sido detenido bajo la sospecha de preparar un sabotaje aéreo, pero tras tomarle declaración el fiscal encargado del caso consideró que no había fundamento para retenerlo, por lo que fue autorizado a dejar el país.
La policía sueca no encontró ningún explosivo después de registrar al individuo, el equipaje y el avión, tras un meticuloso registro que mantuvo retenido el aparato en el citado aeropuerto durante unas siete horas.
El aterrizaje se produjo después de que el piloto fuera contactado al sobrevolar espacio aéreo sueco por la policía canadiense, que le informó de que en la aeronave viajaba un pasajero que podría llevar consigo material explosivo.
La policía canadiense había recibido una llamada anónima que alertaba de esa posibilidad, indicando el asiento que ocupaba el sospechoso.
El individuo había pasado sin problemas todos los controles de seguridad y no figuraba en ninguna lista de personas que no pueden viajar por ser sospechosos de terrorismo, según informó un portavoz del servicio sueco de emergencias aéreas.
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