El presidente Lula da Silva acompañó ayer a la candidata presidencial Dilma Rousseff en Sao Paulo en vísperas de las elecciones. | Efe

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Los electores brasileños votan hoy con la duda de si la candidata oficialista a la Presidencia, Dilma Rousseff, clara favorita, tendrá los votos suficientes para ser elegida sin necesidad de disputar una segunda vuelta. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que escogió a dedo a su candidata a sucederle, la ha impulsado con la ayuda de su popularidad récord y la ha acompañado en toda la campaña electoral, manifestó su confianza en la victoria de Rousseff, aunque no fue tan contundente al ser interrogado sobre si habrá una segunda vuelta el 31 de octubre.

«Estoy convencido de que la mayoría del pueblo quiere la continuidad del Gobierno, que tiene una aprobación del 80%», dijo Lula a periodistas tras participar en un acto oficial en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, vecina de Sao Paulo. Lula subrayó que Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), «tiene todas las condiciones de ganar las elecciones el domingo» y que sólo resta esperar para ver si se confirma el triunfo contundente que le vaticinan las encuestas.

Dudas

Hasta hace poco los sondeos señalaban a Rousseff como favorita para ganar la Presidencia en la primera vuelta, pero las tres encuestas divulgadas esta semana dejaron un manto de duda. Según la encuesta divulgada el jueves por la firma Datafolha, si las elecciones fuesen hoy, Rousseff obtendría el 47% de las intenciones de voto, mientras que José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), sacaría el 28% y Marina Silva, del Partido Verde (PV), el 14%.

Si se tienen en cuenta sólo los votos válidos (excluidos los en blancos y los nulos), Rousseff sacaría el 52%, Serra el 31% y Silva el 15%. Como el sondeo tiene un margen de error de dos puntos porcentuales, la intención de voto por Rousseff puede estar en el 50%, es decir en el límite para ganar la presidencia en la primera vuelta.

Los propios candidatos consideraban que lo único que podría inclinar la balanza hacia algún lado era el debate televisado que protagonizaron en la noche del jueves, el último antes de las elecciones, que fue transmitido por el canal Globo, pero el mismo terminó sin ganadores ya que los adversarios evitaron el enfrentamiento directo.