La calma volvió a Manama a partir de las 16.00 horas, al comienzo del toque de queda que afecta tan solo a algunas zonas de la capital, tras una mañana de protestas que desembocaron en disturbios. Las calles aparecían prácticamente desiertas, aunque todavía podía escucharse el sonido de disparos.
Esta tranquilidad contrastaba con los altercados de unas horas antes, desencadenados por el contundente operativo de las fuerzas policiales para aplastar una manifestación de la oposición en el centro de la capital, que dejó al menos cinco muertos y decenas de heridos, según fuentes médicas.
Plaza de la Perla
El Ministerio del Interior bareiní afirmó en un comunicado que dos policías murieron al ser atacados por manifestantes. La operación policial, apoyada por tanques del Ejército y helicópteros, tuvo como objetivo principal la plaza de la Perla, epicentro de las protestas y donde estaban acampados desde hace semanas unos quinientos manifestantes de la oposición.
Poco después, la agencia de noticias estatal bareiní, BNA, publicaba un comunicado de las Fuerzas de Defensa, en el que se anunciaba la imposición del toque de queda en algunas áreas de la capital de este pequeño reino del golfo Pérsico.
Además, las autoridades prohibieron las manifestaciones o marchas con el fin de «devolver la normalidad» a las calles de la capital y las principales ciudades. Asimismo, el comunicado pide la colaboración de los ciudadanos para que se cumplan estas órdenes, que siguen a la declaración del estado de emergencia, el martes, por un período de tres meses, y a la llegada de tropas de países vecinos para apoyar en labores de seguridad.
Por otro lado, el ministro de Sanidad, Nizar al Baharna, presentó ayer su dimisión y el de Vivienda, Mayid el Alaui, anunció «la suspensión de su participación en el Gobierno» por la violencia contra los manifestantes.
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